El magisterio de la Iglesia es la expresión con que la Iglesia Católica se refiere a la función y autoridad de enseñar que tienen el Papa y los obispos que están en comunión con él.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escritura ,ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo", es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. Dentro del Magisterio Eclesiástico se distinguen el Magisterio Solemne (o extraordinario) y el Magisterio Ordinario. Según la doctrina católica, el primero es infalible (no puede contener error) e incluye las enseñanzas ex-cathedra de los papas y de los concilios (convocados y presididos por él) y el llamado Magisterio Ordinario y Universal, ambos tratan únicamente sobre cuestiones de Fe y de moral. Lo contenido en el Magisterio Sagrado es irrevocable, es decir, no puede contradecirse ni aún por el Papa o los concilios, quedando fijado para siempre.
El Magisterio Ordinario consiste en las enseñanzas no infalibles de los papas y los concilios, las de los obispos y las conferencias episcopales,y aunque el fiel católico debe creerlo y proclamarlo, cabe que decisiones ulteriores del Magisterio alteren o contradigan su contenido anterior.
La obligación del fiel católico es creer y defender activamente todo lo que enseña el Magisterio Eclesiástico Sagrado, «con la plenitud de su fe», y también lo que enseña el Magisterio Ordinario.
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